La vida en colores. Sumérgete en un mundo mágico.

La vida es una paleta de colores

Hace algún tiempo repartí una caja de cuarenta y ocho colores de ceras entre mis pupilos y … cuando pedi que por favor levantaran quienes tuviesen el color colorado en la mano, la levantaron seis personas, que creian tener ese color: uno era carmin, el otro tinto, el otro próximo al burdeos… Sí es la vida en colores. Absolutamente nadie tenia la verdad en su mano y si la tenian todos al unísono. Así uno a uno, descubrieron que deberian hacerse respetar frente a los demas lo que a su juicio era un color específico y que otro compañero pudiese dar su versión de pues era pero autentico o bien próximo a lo que el maestro pedia, con arreglo al color que tenia en su mano.
Cuando mediamos debemos saber aplicar este aprendizaje; todos llevan razón, y ninguno, si no se respetan si bien no lo compartan.

Dar color a nuestra vida

La vida en colores

La personas precisamos dar color a nuestra vida; ese color puede marcar como nos vean los demás y sobre todo aun nuestro estado anímico. De ahí que me atrevo a aseverar cuando doy clases, que los intercesores podemos ser esos pintores que ofrecemos el pincel a fin de que poquito a poco vayas pintando el cuadro que quieres de futuro. El color lo escoges, tu; la textura la eliges tu, de entro todos y cada uno de los colores que te ofrecemos, quien pinta eres tu…. mas quien te ofrece el marco para esto y el aparejo para conseguirlo somos .

 

La vida es un cuento que tienes que colorear

La vida no es como otros la pintan, es como tú la coloreas. Porque será siempre nuestra actitud la que actúe como el mejor pincel, ese capaz de ofrecernos tonalidades de luz cuando más lo necesitamos. Mientras que nuestra voluntad, será quien elija pintar los días con sonrisas antes de que nos destiña la amargura…

Algo que tenemos claro es que en ocasiones, es la propia vida quien gusta traernos días grises. Momentos de oscuridad absoluta. Son momentos que pensamos tenerlos controlados pero que al final nos demuestran lo vulnerables que podemos llegar a ser.

No quiero besos en blanco y negro, quiero una vida de colores. Ya me cansé de las tonalidades grises, de personas de corazones de tormenta: ahora, solo ansío ser como esa mariposa capaz de renacer con vivos colores de fiesta.

El poder de los colores

El neurólogo, etólogo y psiquiatra francés Boris Cyrulnik, nos cuenta a través de sus libros y entrevistas un concepto muy útil y fascinante sobre la vulnerabilidad de las personas y la felicidad. Es la vida en colores. Hablamos ante todo de ese bienestar que uno/a alcanza después de haber conocido cada gama de los claroscuros en nuestras paletas existenciales.

Nadie está preparado/a para el sufrimiento. Una niñez feliz no garantizará que el día de mañana estemos inmunes ante el dolor emocional. Asimismo, una niñez traumática tampoco debe determinar nuestra madurez y nuestro futuro, tal y como el propio Cyrulnik nos explicó en su libro «Los patitos feos y la resiliencia».

De hecho sabemos que la vida se puede oscurecen en cualquier momento. Lo hemos vivido. Sin embargo, lejos de someternos a esos hechos, a esos traumas, hemos de dejar de ser víctimas de nuestras circunstancias y trabajar día a día en estas realidades personales. Porque todos somos dignos de ser amados, de ser felices. Todos debemos elegir los mejores colores con los que pintar nuestro horizonte.

Colorea tu vida

Los claroscuros de la vida y cómo los afrontamos
No nos damos cuenta, sin embargo, todos tenemos un modo muy particular de «pintar» nuestra cotidianidad. Hablamos cómo no, de nuestra actitud y de esos recursos psicológicos tan particulares con los encaramos la adversidad, interpretamos la realidad y a la vez, la creamos.

No obstante, es aquí donde aparece el dilema de siempre. A menudo suele decirse aquello de que es el componente genético quien nos confiere esas raíces que nos empujan con más o menos frecuencia hacia el abatimiento. Nos empuja a la depresión o hacia esa visión irreal, el la que solo se ven días grises cuando lo que realmente hay es una luz inmensa en el firmamento.

Hemos de tenerlo claro: la genética predispone pero no determina. Lo que vale es la voluntad y nuestra actitud. Sin embargo, no hay nada más poderoso que ese entrenamiento consciente y constante donde poder enfrentarnos de forma positiva a las situaciones adversas.

La psicologia y el color

Todo ello contribuye sin ninguna duda a reflexionar sobre alguna que otra realidad como persona. Se sabe, por ejemplo, que los hijos pueden heredar la predisposición a la ansiedad y la depresión de sus padres. Lo hacen compartiendo una característica fisiológica: un circuito cerebral sobreactivado.

Lo que nos determina no es una estructura en sí, sino unas funciones metabólicas que pueden modificarse. Con una actitud adecuada, estrategias psicológicas y ese entrenamiento consciente antes citado, pintaremos la vida a nuestra manera.

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Es tiempo de resiliencia, es tiempo de superación
La resiliencia es como ese muelle que impulsa la vida. Es el arte que nos confiere cierta sensación de control frente a las dificultades.

La resiliencia como forma de vida. La vida en colores

Los expertos en superación personal suelen decirnos que para alcanzar esta capacidad, es necesario desarrollar la estrategia del dominio. Sabemos, por ejemplo, que la palabra «resiliencia» proviene de la física, y que define a ese tipo de materiales capaces de recuperar su forma original a pesar de haber sido deformados. Ahora bien, en el ámbito de la psicología no funciona de igual modo.

Cuando hay algo que nos “cambia de forma” nunca recuperaremos nuestra forma original. No volveremos a ser los mismos. No obstante, ser alguien diferente no implica ser una persona más frágil, más oscura y herida. Es aquí donde debemos aplicar la estrategia del dominio.

Porque la resiliencia no es la capacidad de salir ileso, es el arte de dominar nuestros enfoques de pensamiento para crear nuevas emociones. Es el desafío de mantener la autoestima, la independencia y el valor de elegir con qué colores deseamos pintar el futuro.

Autor cotton

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